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18 de octubre de 2016

PJ: el frente soñado y la convivencia interna... Por Norberto G. Asquini

El politólogo José Natanson analiza que actualmente hay tres peronismos: el kirchnerista, el massista y un tercero que es mayoritario y que se sitúa entre la oposición dura del primero y la negociada del segundo, que es el que aglutina a casi todos los representantes institucionales del PJ. En este último grupo se puede incluir al gobernador Carlos Verna.
Estos tres sectores conviven y disputan espacios en un peronismo que se sigue reconfigurando tras la derrota de 2015. Sobre todo en Provincia de Buenos Aires, distrito en el que el kirchnerismo y el massismo se enfrentarán en 2017. De ese resultado dependerá la orientación que asuma el partido y el destino del peronismo, indica Natanson. Si ingresamos a ese territorio, el análisis se complejiza: vemos la renovación massista y la del ortodoxo Grupo Esmeralda; los cristinistas, los neokirchneristas y los poskirchneristas; y hasta los peronistas filomacristas cercanos a la gobernadora Vidal. Ese escenario de un peronismo completamente fragmentado es el que le interesa al gobierno nacional para imponerse en las legislativas, y sobre todo si se concreta la candidatura de la expresidenta Cristina Fernández, para polarizar el resultado. Por eso es que todos estos grupos buscan un líder que los aglutine y ofrezca un escenario electoral competitivo, al menos en el corto plazo.
En el medio de ese lodazal político, Verna recibió a Massa. Fue un encuentro más político que protocolar. Verna está en el lote de dirigentes nacionales que apunta a la renovación del peronismo acercándose al único postulante que hoy tiene posibilidades de competir y ganar en la Provincia, y así derrotar definitivamente a los kirchneristas.
Verna y Massa hicieron un acuerdo para que los legisladores de ambos unifiquen posturas en el Congreso, una estrategia que devendrá en un beneficio mutuo ya que los dos suman poder de presión y negociación frente al presidente Mauricio Macri. Pero además, Verna da señales del camino que él considera como el necesario para unificar y fortalecer al peronismo bonaerense, y nacional: el frente soñado entre el PJ y el Frente Renovador. Cabe preguntarse si su idea es concretarlo primero en La Pampa a modo de modelo exportable. Hoy las coaliciones electorales son cosa corriente y necesarias para ganar elecciones. "Nadie hoy llega solo", analiza un dirigente peronista consultado al respecto. Y hasta el sello PJ que le sirvió para enfrentarse fronteras adentro al Frente para la Victoria, hoy puede mutar en otro que sea más amplio.
Verna baja línea por ahora en ese sentido y Massa es recibido hasta por la Legislatura marinista. Se verá después de 2017 hacia dónde se encamina el peronismo y si Massa sigue siendo presidenciable para tomar definiciones más de fondo.
De los posicionamientos estratégicos de cúpula, pasemos a los movimientos tácticos en el terreno. El PJ santarroseño se mostrará unido este 17 de octubre, como no se veía desde hace años. Los sectores internos consintieron al congregarse en la mesa política de la capital que su conductor natural es Verna. El mandatario aglomera todas las voluntades del arco peronista por ser la figura con mayor capacidad de liderazgo y quien ejerce el poder. Hasta para los kirchneristas. Hay un criterio común en ese sentido, si bien la verdadera unificación llegará recién en 2017 con los tiempos electorales.
Ahora veamos el vaso medio vacío de la cuestión para tener una mirada más crítica y matizada de la realidad. Por debajo del "consenso vernista", el PJ santarroseño está conformado por diferentes líneas y agrupaciones que más allá de coincidir en una acción unificada, disputan y se van posicionando en la ciudad. No son pocos los que se diferencian por adoptar diferentes metodologías políticas. Así en la mesa santarroseña están sentados quienes reprochan la sobrepoblación de funcionarios vernistas, los que critican la autonomía marinista o los que hacen mala cara por la sobrerrepresentación kirchnerista. Están los que afirman que la mesa sirve para coordinar, pero no debe imponer criterios de acción comunes para todos, y los que observan un "doble comando" entre lo que propone Verna y lo que ordena Rubén Marín. Están los "dolidos" del jorgismo, sobre todo ahora que el exgobernador Oscar Jorge es investigado por la licitación de la segunda parte del Acueducto del Río Colorado. La tensión latente ahora se hizo visible. Ante este panorama, un legislador jorgista se reunió con el gobernador Verna y el mandatario afirmó que desde el gobierno no se alienta ninguna "persecución". Menos cuando no ha habido rispideces entre unos y otros en espacios institucionales como la Legislatura.
Por último, para completar el marco, no hay que dejar de mencionar la presencia de algunos subgrupos barriales y periféricos, que resisten directamente la mesa. Y los que decidieron sacar los pies del plato justicialista, como los macristas del Espacio 22N.
El justicialismo encontró en Verna un conductor, pese a sus diferencias internas, y Verna quiere hallar a su vez uno para el PJ nacional. Habrá que ver si después de 2017 se replica el consenso pampeano en el fragmentado peronismo nacional. Todo es cuestión de encontrar un liderazgo que le dé sentido y posibilidades de ganar en 2019.

Por Norberto G. Asquini