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EL TIEMPO EN TRENEL

3 de diciembre de 2012

Giallombardo es el nuevo rey del TC y con un FORD

El piloto de Ford obtuvo el triunfo que necesitaba en La Plata y se consagró campeón de la categoría más popular del automovilismo nacional.

Mauro Gianllombardo hizo todo bien en el momento justo y en el lugar indicado, y se consagró campeón de Turismo Carretera tras ganar con su Ford la carrera que necesitaba, la última fecha del año en el autódromo Roberto Mouras de La Plata, ante un marco imponente de público.


Allí, en ese trazado de la capital bonaerense, su preferido por cercanía y por la calidez de sus recuerdos más gratos, el piloto del GPG Racing hizo un trabajo perfecto durante el fin de semana al adjudicarse la pole, su primera en la categoría, ganar la serie más veloz, y tachar al término de la competencia decisiva el último impedimento que lo separaba de la corona: ganar una final.

Y lo hizo con contundencia el Rana en la última carrera de la Copa de Oro, sobreponiéndose a los nervios y a la ansiedad, y conduciendo con tranquilidad hacia el título con el Ford en un circuito que le sentó de maravillas a la marca.

Hasta llegar al podio y festejar entre llantos mezclado con las alegrías actuales y recuerdo del amigo Guido Falaschi que se fue un año atrás y sintetizar su estado: “despertame, chabón, despertame”, como le pidió a un periodista.

Apretó hasta el fondo el acelerador Giallombardo en el comienzo en La Plata, consciente de que el único resultado que valía para él era el triunfo, y sacó una buena distancia sobre Silva, su escolta, mientras Diego Aventin, quien largó tercero, dejó atrás a Néstor Girolami (Torino), quien finalmente largó cuarto tras la sanción a Canapino en la primera serie.

Al mismo tiempo, Guillermo Ortelli, quien necesitaba el triunfo para ser campeón, dio cuenta de Juan Marcos Angelini y tras el abandono de Néstor Girolami se ubicó cuarto.

También ganó un par de lugares en las primeras vueltas Juan De Benedictis, quien saltó del octavo al sexto lugar y estaba a la expectativa de lo que pasaba adelante, sobre todo con Giallombardo y Ortelli, para saber qué sería de su futuro.

Más atrás, Fontana, Canapino y Ledesma, tres pilotos que también soñaban con el título aunque sus chances eran muy pocas, marchaban en trencito desde el décimo al duodécimo lugar, después de avanzar varios casilleros, aunque hacia el giro 13 el arrecifeño campeón de TC en 2010 dio cuenta del ex Formula Uno y de Próspero Bonelli y quedó noveno.

Con Giallombardo regulando adelante y Silva descontándole y alejándose en dosis similares vuelta tras vuelta, la lucha por el tercer lugar entre Aventin y Ortelli, y por el quinto entre Angelini y De Benedictis se transformaron en la principal atracción de la primera mitad de carrera.

Hasta que el Chevrolet de Canapino comenzó a presentar problemas y el arrecifeño a perder posiciones hasta perder el control de la unidad y quedar en el pasto, agotando sus últimas chances de ser bicampeón de la divisional y siendo el segundo piloto que llegaba a La Plata con serias chances de adjudicarse el título y que quedó con las manos vacías.

El restante había sido Matías Rossi, quien llegó al Mouras como líder de la Copa de Oro y tras ser embestido desde atrás por José Savino luego de un leve roce con Fontana no pudo largar la final por las averías que sufrió su Chevrolet producto de ese incidente.

Un roce en el giro 18 entre Fontana y Ledesma en el que el arrecifeño terminó a un costado de la pista, no hizo más que allanarle aun más el camino hacia la corona a un Giallombardo que debía cuidarse únicamente de un Ortelli al que también solo le servía ganar para conservar el “1″ y de un De Benedictis agazapado esperando una falla del de Bernal para arrebatarle la corona.

Por lo visto, Ortelli no estaba dispuesto a entregar el título a un precio tan bajo y después de superar a Silva en el giro 23 fue en busca del de Bernal, aunque la diferencia de poco más de cuatro segundos fue ya indescontable.

De esa forma, Giallombardo pudo festejar en lo más alto del podio, un escalón por encima del piloto de Salto y dos por encima del chaqueño, no sólo su segundo triunfo en TC, sino también su primer título en esa categoría.

El piloto de Bernal sumó entonces su nombre a la lista de campeones de la categoría más añeja y emblemática del automovilismo nacional, y se metió, con un triunfo implacable en un momento justo y el lugar indicado, en la historia grande del mundo motor (Perfil-DyN).