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25 de abril de 2018

Pensando 2019: las dos coaliciones que se van asomando Por Norberto G. Asquini

Se empieza a pensar en La Pampa en las próximas elecciones y a perfilarse los posibles escenarios para 2019. Y también las ingenierías electorales para afrontar el choque de los planetas que se aproxima: las coaliciones electorales, una novedad que asoma en el PJ y todo una incógnita para Cambiemos.

La gran coalición anti Macri

 

Las coaliciones electorales (denominados frentes o alianzas en otras coyunturas) son una tendencia en los procesos políticos nacionales de las últimas décadas. Tanto a nivel país (FPV, Cambiemos) como en las provincias. Son articulaciones electorales ineludibles en estos tiempos. El PJ pampeano fue uno de los que pocos peronismos que había resistido con su sello por su hegemonía electoral. Pero los tiempos cambian.

En el vernismo ya empiezan a pensar en la posibilidad de conformar una coalición electoral para que contenga a todo el frente anti-Macri en 2019. Y que lo fortalezca frente a Cambiemos, que irá unido y que tendrá a Macri buscando la reelección. Aunque los comicios provinciales se desdoblen en La Pampa y los actuales momentos de inflación y tarifazos le estén jugando en contra a la imagen del presidente. Una idea que ya se había analizado e insinuado en 2017, pero los partidos que se agregaron a la lista del PJ apoyaron al oficialismo sin figurar, aunque con algún candidato. Esta vez, se sabe, los posibles aliados pedirán más protagonismo de avanzar con la propuesta. 

¿Cuál sería la idea? Sumar desde los partidos peronistas aliados (Pueblo Nuevo y Frente Renovador) a los kirchneristas (Nuevo Encuentro, que ya acompañó en las últimas legislativas, y hasta se podría convocar al Partido Humanista). "El único inconveniente es que piden como peronista nuevo", dispara entre sonrisas uno de los estrategas del vernismo. Hablamos de partidos, ya que otras agrupaciones K (FPB, La Cámpora) están dentro del PJ y encolumnados a la estrategia de la "unidad en la diversidad" detrás de la reelección de Verna. Algunos históricos, como el presidente del PJ, Rubén Marín, podrían poner mala cara a esta idea. Pero hay que aggiornarse en algún momento. Si no, puede sobrevenir nuevamente el susto de 2017. Un antecedente para este frente es el funcionamiento del gobierno de Verna, que si bien la gran estructura es vernista, ha semejado en su interior a una coalición de gobierno donde están todas las líneas representadas.

 

Y la otra coalición: la pelea permanente

 

Si el peronismo en su estrategia aglutina, la otra coalición electoral pensada, la no peronista, que ya se juntó en las últimas dos votaciones, muestra actualmente más incógnitas que potencialidades. "Son una bolsa de gatos, y eso nos juega a favor, se boicotean ellos mismos", se mofa de la situación un legislador provincial del PJ.

Puede pensarse que el actual escenario de Cambiemos a nivel nacional puede influir en La Pampa, con un radicalismo que le reclama al macrismo mayor protagonismo en cargos para 2019 o en las decisiones de gobierno, o critica alguna medida nada popular que toma. Esto se ha ido agravando en las últimas semanas. Pero en la provincia parece una cuestión de espacios, y de piel. Casi a la inversa del PJ, muestran la "diversidad en la unidad". El macrismo es Cambiemos, y los radicales ya se saben Cambiemos, pero no hay un Cambiemos unificado. El macrismo quiere avanzar por todo y los radicales, no el conjunto, frenarlos a cualquier precio.

El síndrome del internismo es parte de la identidad de la UCR, pero se expande mucho más allá. El presidente del Pro pampeano torea al intendente de Santa Rosa y los funcionarios lo defenestran, con más énfasis que a la misma oposición que le hace el justicialismo. El senador Juan Carlos Marino se reúne en el comité de Catriló y destroza a radicales y aliados ante la desaprobación de los presentes. Ante el aviso de la reelección de Verna, estos dirigentes ya maquinan que el radicalismo tiene que vencer al macrismo para quedarse con la mayoría de los cargos, porque no podrán llegar a la gobernación en 2019. El síndrome del "siempre segundo" también es parte constitutiva de un sector del radicalismo que parece funcional al PJ.

En este contexto interno, es que es preferible bajar al secretario de Deporte, Javier "Colo" Mac Allister, de sus pretensiones a la gobernación para poner un candidato propio, aunque se analice que el elegido no tenga chances de ganarle al PJ. Es mejor para muchos echarle glifosato a los socios incómodos, que pelearle la gobernación al PJ.

¿Se puede conformar una mesa Cambiemos entre todos? Esa es la idea que rondaba. Pero eso necesariamente no terminará con los conflictos y las malas caras.

 

Tiempo desperdiciado

 

Un columnista de un medio nacional analiza que actualmente en Cambiemos parece darse la chance de que una alianza electoral exitosa vaya mutando en una coalición de gobierno. Una transición que no parece todavía bien internalizada por ninguno de sus actores, sobre todo el presidente, y que produce fricciones. Aquello que está faltando, dentro y fuera de Cambiemos, es el sentido cultural y político que emana de cualquier coalición, sentencia.

Si ocurre esta situación a nivel nacional, ¿cómo no va a suceder a nivel provincial? Para la oposición el actual es un tiempo desperdiciado. Nada se construye en conjunto. Los votantes pampeano observan cómo los dirigentes se pelean por las sobras del PJ y piensan qué podría llegar a pasar entre tanta disputa si ganaran la provincia.

Los tiempos corren y por ahora los grandes armados electorales en La Pampa son más teoría que realidad concreta. Todos esperan que finalmente Verna firme el desdoblamiento para empujar las definiciones. Ahí si empezarán a llamarse los dirigentes para acordar e intentar buscar un lugar en la grilla de 2019.

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