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Despejado
15 de agosto de 2019
Laura Serenello es acompañante terapéutica, también tiene una especialización en adicciones y hace algo más de un año sintió deseo de comunicarse a través de las manos para poder brindar otro tipo de ayuda en la educación y otros ámbitos. Además desde hace cinco años está inmersa en el mundo de la educación como bibliotecaria.
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Cuando sintió ese deseo de poder comunicarse a través de señas, supo que no debía esperar y comenzó casi de manera inmediata. El objetivo de Laura al estudiar lengua de señas es fomentar la inclusión de la comunidad sorda a la sociedad, para que el sueño de la integración sea una realidad. El aprendizaje de la lengua de señas Argentina (LSA) es una herramienta importante puesto que la única opción es un lenguaje gestual y que se recibe con la vista, de hecho todos percibimos más del noventa por ciento por gestos. Así, todos, detectamos estados de ánimo, o lo que fuera y muchas veces no necesitamos ni una palabra para comunicarnos porque reconocemos lo que otras personas nos quieren decir simplemente a través de los gestos.-
Laura nos comentó que el estudio y la práctica nos permite darnos cuenta que no es difícil si realmente deseamos comunicarnos con personas que no escuchan y no hablan. Haciendo algo de historia nos interiorizamos que en 1885, el Instituto Nacional de sordomudos concibió la enseñanza del lenguaje como único objetivo excluyendo socialmente al sordo, desechando la lengua de señas como modo de comunicación y fue así que desde ese momento las personas sordas quedaron fuera del alcance de diferentes oficios y profesiones y comenzaron a comunicarse entre ellos con un pequeño código gestual que fue ampliándose hasta construir la lengua de señas.
Una persona sorda crece en su imaginario ámbito sonoro, cuando su universo es gestual, lo que no le permite identificarse con su propia cultura: la lengua de señas, pero esa lengua “es natural” pero no es universal, algo que desconocemos muchos, por eso Laura nos decía que cada país tiene su lengua de señas con sus distintos códigos que se adquieren con mucho esfuerzo y se va transmitiendo de generación en generación de adultos a niños.
Para comunicarse se utilizan las manos, el rostro y el cuerpo en general, transmitiendo muchas otras cosas: amor, cultura, historia y sentimientos.
Sabemos que las personas sordas, pueden insertarse en la sociedad como cualquier persona oyente.
Combatir la discriminación que sufren las personas sordas también, contribuye a eliminar las barreras expresar sentimientos, comunicar ideas, aprender otras lenguas y otros conocimientos.
También es importante dejar en claro la sordera no es una enfermedad. Laura nos decía que aprender una lengua diferente requiere entrenamiento intensivo y gran compromiso académico y emocional y a ella aún le queda mucho camino por recorrer y aprehender porque este proceso es muy dificultoso pero muy enriquecedor y gratificante aportando un granito de arena para que la sociedad comience a incluir, porque la inclusión no sólo es en las escuelas, también es en casa con los hijos, en el barrio, en la plaza y en la cotidianeidad.
Agradecemos a Laura su predisposición a contarnos acerca de sus estudios y esta magnífica forma de contribuir a eliminar barreras todos los días y favorecer el desarrollo personal de las personas sordas o bien con un alto porcentaje de déficit auditivo y la integración de quienes tienen necesidades especiales .
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