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8 de junio de 2013

financista con un tiro en la cabeza


Un empresario que había estado preso por el crimen de una pareja swinger en Villa Elisa, fue encontrado asesinado dentro de un auto en el barrio porteño de Villa Ortúzar y se investigan varias hipótesis acerca del hecho, informaron fuentes policiales.

El cadáver de Miguel Graffigna fue hallado alrededor de las 10.30 dentro de un Peugeot 307 negro descapotable que estaba estacionado en la calle Fraga al 1300, esquina Heredia, y tenía una patente provisoria ya que había sido comprado hace pocos días.

Dentro del auto se encontraron manchas de sangre, otras pertenencias revueltas por el habitáculo y en el baúl gran cantidad de papeles relacionados con su trabajo que ahora serán analizados por peritos científicos de la Policía Federal.

Los expertos hallaron a la víctima recostada sobre el asiento del acompañante, con las piernas sobre el del conductor, y además del balazo presentaba signos de haber sido golpeado.

Por declaración de vecinos, el crimen fue alrededor de las 2 de la madrugada, ya que en ese horario escucharon disparos, por lo que policias de la comisaría 37ma. buscaban cámaras de seguridad que pudieran haber captado lo ocurrido.

El abogado de Graffigna, Roberto Casorla Yalet, dijo al canal C5N que se había denunciado su desaparición porque no lo encontraban desde ayer, luego de que saliera de trabajar en el microcentro.

Familiares de Graffigna, que esta mañana fueron avisados del hallazgo del auto en Villa Ortúzar, se acercaron al lugar donde fue encontrado el cadáver y se abrazaban desconsoladamente, pero optaron por no realizar declaraciones a la prensa.

Según las fuentes, la víctima trabajaba como asesor financiero, por lo que una de las hipótesis que se maneja es que el crimen esté relacionado con esa actividad, pero no se descartan otros móviles.

Es que Graffigna tuvo una separación conflictiva de su ex esposa y fue víctima de amenazas en el marco de la división de bienes, entre ellos una casa en la localidad bonaerense de Ramos Mejía que aparentemente fue vaciada por la ex mujer.
La posibilidad de que se haya suicidado ya fue descartada porque no se halló ningún arma dentro del vehículo, pero resta que se realice la autopsia en la morgue judicial porteña y el dermotest para determinar si tenía pólvora en las manos.

La posibilidad de un robo también se analiza, pero es la hipótesis más débil porque el auto de Graffigna estaba bien estacionado, como si viajara con alguien conocido, dijo una fuente.

Otro dato es que la víctima estuvo detenida por el crimen de la pareja integrada por Nicolás De Sousa (28) y Antonia Zárate (29), asesinados en 2004 en Villa Elisa, tras un encuentro swinger, presumiblemente para robarles un cuadro de Picasso que se creía que tenía en su poder.

Graffigna permaneció en prisión unos tres meses, pero luego el juez de Garantías Guillermo Atencio dispuso su libertad y finalmente su sobreseimiento por falta de pruebas.

Graffigna siempre aseguró ser inocente y acusó del doble crimen a la madre de su ex pareja, que estaba detenida por el robo de un cuadro de Quinquela Martín durante un incendio intencional en una dependencia municipal de Bahía Blanca.

El acusado había sido apresado tras la imputación de su expareja, la actriz porno y bailarina de caño Romina Iddon Silva (35), quien lo responsabilizó del doble crimen y también está imputada por el hecho.

Según declaró la mujer a la Justicia, en el marco de un encuentro swinger, Graffigna golpeó con un palo de béisbol a De Souza ocasionándole la muerte y luego ató a Zárate a una silla y rodeó con cinta de embalar todo su cuerpo hasta asfixiarla.

Graffigna sostuvo que Iddón Silva lo imputó para quedarse con la hija que tienen en común y aseguró que quienes asesinaron a la pareja fueron la madre de su exmujer, Edith Silva, y la pareja de ésta, detenidos por el robo del cuadro "Proas al sol", de Quinquela Martín.

El móvil del crimen habría sido la creencia de que el padre de De Sousa, Aldo De Sousa, dueño de una galería de arte en Capital Federal, tenía un Picasso de 1919 que iba a poner en venta.

Según el imputado, ahora asesinado, al momento del crimen él estaba en la ciudad santafesina de Cañada de Gómez, lo cual fundamentó con testigos.